Aunque camines mucho, si no sales de tu zona de confort o la amplías, andarás en círculo.
Si nos quedamos en nuestra zona de confort o no la ampliamos, estaremos repitiendo las mismas conductas una y otra vez, sin avanzar ni aprovechar nuestro potencial de aprendizaje.
La “zona de confort” es un estado psicológico en el que nos sentimos seguros y cómodos. Sin embargo, también es el lugar donde podemos estancarnos.
- El término “zona de confort” lo acuño el psicólogo estadounidense Philip Zimbardo, en 1984, para describir la tendencia de los seres humanos a evitar situaciones que nos causan ansiedad, miedo o sensación de peligro.
También se puede entender como una metáfora sobre un sitio mental que para nosotros representa seguridad, porque sabemos qué esperar en él y no tenemos que preocuparnos por el fracaso o el rechazo.
Entonces, tratándose de un área, se usa el verbo “salir” de esa zona de confort, como una invitación a tomar la iniciativa para aprender.
Sin embargo, también podemos decir “ampliar” para significar que la podemos hacer más grande y con más alcance.
En cualquier caso, salir de la zona de confort o ampliarla puede ser incómodo y desafiante, pero es necesario para nuestro aprendizaje, crecimiento y desarrollo.
Si nos quedamos en nuestra zona de confort, seguiremos con los mismos conocimientos. No aprenderemos nada nuevo y no creceremos como personas.
Para avanzar, debemos estar dispuestos a hacer cosas que nos dan miedo o que nos resultan incómodas porque significan salir de nuestra rutina y probar caminos diferentes.
Si queremos mejorar nuestra carrera profesional, podemos buscar un nuevo trabajo o un nuevo reto de aprendizaje en nuestro trabajo actual.
Si queremos mejorar nuestra salud, podemos probar un nuevo deporte, hacer más ejercicios o comer más sano.
Si queremos aprender una nueva habilidad, debemos estar dispuestos a cambiar la que tenemos.
Cuando salimos de nuestra zona de confort, nos exponemos a nuevas experiencias y oportunidades. Podemos aprender a crecer como seres humanos y lograr nuestros objetivos.
Salir o amplía nuestra zona de confort es una invitación a superar nuestros miedos en función de desarrollarnos y evolucionar como personas.
- Para practicar la flexibilidad mental que necesitamos para salir o ampliar la zona de confort, te aconsejo:
1) Comienza con pequeños cambios, aunque parezcan pequeños. Lo que realmente estás entrenando es tu constancia y disciplina.
2) Concéntrate en un objetivo de cambio a la vez. Si intentas hacer demasiados al mismo tiempo, perderán concentración y podrías frustrarte con los resultados.
3) Busca el apoyo de amigos, familiares y mentores. Explícales que estás creando un nuevo hábito y ellos pueden ayudarte mucho, especialmente al principio.
4) Recuerdas que se trata de un proceso que es paso a paso, sin atajos. Toma tiempo y esfuerzo, pero los beneficios que obtienes lo ameritan. Sigue, que tu puedes.
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Juan Carlos Jiménez
Empresario Consultor y Conferencista de Marketing
Ventas, Comunicación Efectiva, Valores y Liderazgo